Introducción:
Justo después de dar a conocer las señales antes de su
venida en el cap. 24 de mateo, Jesús inmediatamente declara dos parábolas impresionantes
alusivas a estos tiempos, donde explica de manera simbólica situaciones que se avivaran
en estos por la iglesia. La primera de ellas es la parábola de las diez vírgenes,
cuya verdad no analizaremos es esta oportunidad. Seguidamente la parábola de
los talentos, que a continuación será esta nuestro el motivo de nuestro estudio
hoy.
Lectura: mateo
25:14-30.
Primero veremos la definición
da algunas palabras claves Según el diccionario bíblico:
Parábola
Derivada del verbo gr. pa-raballo, compuesto de la
preposición para, que significa “junto” y el verbo ballo, “echar”. Una parábola
es, por tanto, una comparación de dos objetos con fines didácticos,
generalmente como un relato.
Parábolas
Comparaciones basadas en realidades muy familiares que
permiten comprender y asimilar una enseñanza. En el caso de las parábolas
evangélicas, Jesús propone la riqueza del Evangelio y de sus exigencias con
imágenes.
Como vemos es un relato simbólico que permite expresar una
gran verdad.
Los dones
Los dones que Dios da a los hombres son una expresión de su
bondad inmerecida. La misma palabra kjá·ri·sma (literalmente, “don de gracia”),
que aparece diecisiete veces en las Escrituras Griegas Cristianas, implica un
regalo que denota bondad inmerecida (kjá·ris) por parte de Dios. (Ro 6:23,
nota; 1Co 12:4; 2Ti 1:6; 1Pe 4:10.) Por lo tanto, lo más apropiado es que los
dones recibidos de Jehová se usen para el beneficio del prójimo y para la
gloria de Dios, es decir, de Aquel que los ha concedido. (1Pe 4:10, 11.) Estos
dones no son para el provecho egoísta del que los recibe; dado que tal persona
ha ‘recibido gratis’, está bajo la obligación de ‘dar gratis’. (Mt 10:8.)
¡Dicho esto,
empecemos…!!
El hombre que se va lejos, es por supuesto nuestro señor
Jesucristo. Quien descendió del cielo y dio dones a los hombre Efesios 4:8-10
Por lo cual dice:
Subiendo a lo alto, llevó cautiva la
cautividad,
Y dio dones a los
hombres.
Ahora un talento, más que una unidad monetaria, era una
medida de peso: en el siglo I, un talento de plata equivalía aproximadamente a
unos 23,16 kg de plata, es decir, unos 6000 denarios, 20 y cada denario
correspondía aproximadamente al salario diario de un operario (Mateo 20, 2.),
es decir, un talento equivalía aproximadamente al importe de dieciséis años de
trabajo de un jornalero.
Vemos el valor que tenía cada talento, era una gran riqueza,
por lo que llevarlo era una gran responsabilidad.
Pero si vemos más allá el señor habla que de aquella
responsabilidad que ha recibido todo cristiano para con el reino de Dios, estos
dones se pueden manifestar en la vida de cada creyente de manera distinta.
Citamos la lectura:
Después de mucho
tiempo vino el señor de aquellos siervos, y arregló cuentas con ellos. Ver. 19.
…………….
Entonces tenemos que Cristo es nuestro señor, y nos ha
confiado estos talentos para laborar en su reino, de los cueles rendiremos
cuentas para cuando el regrese.
Citamos el texto:
A uno dio cinco talentos, y a otro dos, y a
otro uno, a cada uno conforme a su
capacidad; y luego se fue lejos. Ver.
14
¡Vea bien, dice que dio a cada uno según su capacidad!!
Eso quiere decir que todo lo que dios da a una persona es porque
le sabe que lo puede sobrellevar. Que tal persona tiene la capacidad espiritual
de llevar tal responsabilidad, y aun cuando la persona pueda pensar que no es acto
para tal cargo, Dios puede glorificarse en tal vida. Tal como lo hizo con mises
cuando este no creí poder liberal al pueblo de Israel.
Dice el texto Ver. 16
y 17
Y el que había
recibido cinco talentos fue y negoció con ellos, y ganó otros cinco talentos.
Asimismo, el que había
recibido dos, ganó también otros dos.
Vemos aquí que estos dos tomaron una actitud diligente, asumieron
con responsabilidad aquello labor que se les había encomendad, por que obtuvieron
grandes frutos.
Pero el tercero hizo todo lo contrario
Pero el que había
recibido uno fue y cavó en la tierra, y escondió el dinero de su señor. Ver. 18
....
y luego dice:
....
y luego dice: