La oración es hablar con Dios, es elevar a él un clamor,
mejor dicho, expresarle al todopoderoso aquello que hay en tu corazón; por
supuesto toda conversación no solo es dar, sino también consiste en recibir,
esto implica no solo hablar a Dios sino también es escucharlo.
Orar no solo es seguir un rito religioso, no es solo repetir
palabras vacías, la oración genuina es el medio en el que el creyente puede
conectarse con el padre, y desarrollar la comunión necesaria para el vivir
diario.
¿Cómo se debe orar?
La oración tiene muchas modalidades, y depende de la persona
como debe hacerlo, por ejemplo, la biblia expresa que personas atravesó de la oración
elevaron peticiones, pidieron fortaleza en la angustia, otros elevaron
adoraciones y alabanzas, otros agradecimientos y hasta oraciones de intercesión
por otros.
Todo depende del motivo que tengas.
¿Por qué se debe
orar?
Como ya dijimos la oración es el medio para acercarse a
Dios, la manera de comunicarnos con él. y para todo creyente es necesario estar
en comunión con el padre como lo hizo Jesús, quien oraba en todo momento de su
vida, día a día nos enfrentaremos a situación adversas, a luchas con el mundo,
a tentaciones del pecado y para enfrentar todas estas cosas es necesario la
fuerza que viene de Dios. Esto se consigue es atreves de la comunión intima
desarrollada por la oración.
Dios dijo:
Clama a mí, y yo te responderé, y te enseñaré cosas grandes y ocultas
que tú no conoces. Jeremías 33:3.
Dios es el primer interesado en que estemos en comunión con él.
¿Ahora bien, por
donde debo empezar?
La biblia misma da la respuesta:
Mas tú, cuando ores, entra en tu aposento, y cerrada la
puerta, ora a tu Padre que está en secreto; y tu Padre que ve en lo secreto te
recompensará en público. Mateo. 6:6.
Qué manera tan preciosa y magistral de nuestro Señor Jesucristo
de expresar el principio de la oración. (me encanta este pasaje)
En la intimidad, empieza en tu habitación, en un lugar
tranquilo y solo, tú y el padre, exprésale a el tus deseos, peticiones, inquietudes, anhelos,
debilidad, todo lo que hay en ti. Tomate tu tiempo hasta sentir que estas
conforme.
Si puedes empezar con solo unos minutos, pero trata de
dedicarle cada vez más tiempo hasta que se haga parte de tu vida.
Apréndete estos versos y practícalos:
Y orando, no uséis
vanas repeticiones, como los gentiles, que piensan que por su palabrería serán
oídos. No os hagáis, pues, semejantes a ellos; porque vuestro Padre sabe de qué
cosas tenéis necesidad, antes que vosotros le pidáis. (Mateo 6:7-8.)
Y cuando ores, no seas
como los hipócritas; porque ellos aman el orar en pie en las sinagogas y en las
esquinas de las calles, para ser vistos de los hombres; de cierto os digo que
ya tienen su recompensa. (Mateo 6:5.)
Vosotros, pues,
oraréis así:
(Esta expresión significa que oremos siguiendo estas líneas.)
Padre nuestro que estás en los cielos,
santificado sea tu nombre.
Venga tu reino. Hágase tu voluntad, como en el
cielo, así también en la tierra.
El pan nuestro de cada día, dánoslo hoy.
Y perdónanos nuestras
deudas, como también nosotros perdonamos a nuestros deudores.
Y no nos metas en tentación, mas líbranos del
mal; porque tuyo es el reino, y el poder, y la gloria, por todos los siglos.
Amén.
Mateo. 6:6-13
Dedica tiempo a la oración, comparte la oración con otras personas, ten
fe, hazlo de corazón y no te desanimes; nunca faltaran los que traten de obstaculizar
tu vida espiritual.
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